miércoles, 15 de febrero de 2012

Buen artículo sobre Fernández Ordóñez el gobernador que no convence a nadie

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 El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez - Europa Press

Fernández Ordóñez: el gobernador que no convence a nadie


Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, ha recibido críticas desde la izquierda y  la derecha, de Gobierno y oposición, y también de las entidades financieras

ARNdigital / Madrid
 El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez - Europa Press

El nombramiento de Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador del Banco de España suscitó muchas críticas por su marcado perfil político. Le ha tocado gestionar la peor crisis económica en mucho tiempo y la reordenación de un sistema financiero con entidades intoxicadas a causa del boom inmobiliario. La principal crítica que se le hace es no haber sabido ‘pinchar’ la burbuja inmobiliaria a tiempo y, casi como consecuencia, no haber velado por la buena imagen de las entidades bancarias. Otros le achacan haberse preocupado en exceso por problemas de política económica como la reforma laboral o el sistema de pensiones.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez afronta sus últimos seis meses de mandato sin que sepamos aún si los llegará a cumplir. Desde el nuevo Gobierno están nerviosos con un gobernador que desde el primer momento no les ha gustado. El ejecutivo de Rajoy está ante dos opciones: esperar a que MAFO cumpla su mandato para presentar sus medidas de mejora del sistema financiero, o bien que el gobernador dimita, cosa que parece que no va a ocurrir, aunque Pizarro, Páramo y Caruana ya empiezan a sonar para ocupar el cargo. De momento, con Fernández Ordóñez se va a afrontar la segunda fase de reestructuración del sistema financiero.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez fue nombrado gobernador del Banco de España el 8 de marzo de 2006. Su pasado político socialista llamaba la atención por contraste con la independencia y autonomía que se requiere en el cargo. Fue secretario de Estado de Economía con Felipe González y justo antes de ser nombrado gobernador lo era de Hacienda y Presupuestos con José Luis Rodríguez Zapatero. Se rompía así la tradición de que el Gobernador del Banco de España fuera elegido por consenso entre los dos principales partidos. Los populares consideraron su elección desacertada por ser un hombre de partido y de “alto perfil político”.

Durante su mandato Fernández Ordóñez ha tenido que lidiar con una de las mayores crisis financieras que ha vivido España, que se agravó con el contagio de la crisis financiera internacional. El sistema bancario español se vio afectado por la concentración de riesgos en el sector inmobiliario. La crisis internacional comenzó ‘oficialmente’ en 2008, con la caída de Lehman Brothers, y precipitó la crisis española que venía de mucho antes. Si alguien conocía lo que estaba ocurriendo en España ese era MAFO, como se conoce al gobernador en el mundo económico, quien ya lo había advertido en 2003: “El ministro (Rato) niega la burbuja por el miedo con que cualquier responsable de Economía ve acercarse el final de un modelo de crecimiento basado en el boom inmobiliario y en la explosión del endeudamiento de las familias”. En afirmaba en un artículo en el que además auguraba que, con la caída de los precios de los pisos, subiría el paro y se hundiría el consumo.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿por qué teniendo buen diagnóstico no se ha conseguido solucionar el principal problema doméstico de nuestra economía? Según Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) no se consiguió controlar el mercado inmobiliario financiero, el “gran cáncer de nuestro país”. Existió una cierta “negligencia” en el control de los riesgos inmobiliarios del sistema crediticio, al no hacer cumplir el límite del 80% del valor de tasación en las financiaciones hipotecarias previsto en la normativa aplicable al sector. Para Ausbanc, de “haberse cumplido y respetado” este requisito, se hubiera garantizado la solvencia del sistema hipotecario y no se habría producido la “burbuja inmobiliaria”. Otros expertos apuntan que se debería haber limitado el crédito a los constructores, en los que la banca asumía todo el riesgo.

En lo que coinciden todos los economistas es en marcar un acierto: las provisiones cíclicas anticrisis. Un colchón de 40.000 millones que las entidades crearon mientras crecía el crédito para cuando llegaran los malos momentos. Las entidades dotan provisiones para insolvencias con la finalidad de cubrir el riesgo de crédito, el más importante que puede afrontar un banco. Existían dos tipos de provisiones, una específica y otra genérica. Se decidió aplicar una nueva provisión: la estadística. Esta provisión consigue mejor cobertura del riesgo crediticio y así reforzar la solvencia de la banca española a medio y largo plazo.

Reestructuración del sistema financiero

Hasta finales de 2008 el sistema financiero español gozaba de buena salud y era considerado uno de los más solventes del mundo. Sin embargo, rápidamente empezó a notar el impacto de la crisis y las entidades financieras se contagiaron. El Gobierno, ante la magnitud de los problemas, creó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que establece con carácter preventivo las bases para posibles reorganizaciones y reestructuraciones de entidades (bancos, cajas y cooperativas de crédito), especialmente las de mediano y pequeño tamaño que pudieran ver comprometida su sostenibilidad. El Banco de España manifestó que el objetivo era reducir en año y medio las 45 cajas de ahorro existentes a 15, sin necesidad de intervenir ninguna, para que las entidades resultantes tuvieran activos superiores a 50.000 millones de euros. Esta medida, en la práctica, supuso la fusión de cajas de ahorros, y de la entidad resultante, en su gran mayoría, su reconversión en bancos. También supuso un recorte del 20% de oficinas y 15% de personal.

En una coyuntura extremadamente difícil y con los mercados muy cerrados, la reorientación y saneamiento de las cajas ha sido más dura de lo esperado, habiendo quedado algunas entidades por el camino. El primer quebradero de cabeza para MAFO fue Caja Castilla La Mancha, intervenida por el Banco de España en marzo de 2009. La razón: su falta de acuerdo en la fusión con Ibercaja y la falta de liquidez provocada por sus inversiones en el sector de la construcción. Finalmente Cajastur la absorbió en septiembre de 2010.

En mayo de 2010 Cajasur se convirtió en la segunda entidad en ser intervenida por el organismo supervisor. El FROB adjudicó la caja al BBK por considerarla la entidad más solvente de toda España. Otras entidades como la CAM (ya convertida en banco), el Banco de Valencia, NovaGalicia, Unnim y CatalunyaCaixa han necesitado también ayuda del dinero público. Los casos más llamativos son los de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo) y el del Banco de Valencia. En ambos casos se observa la ineficacia del Banco de España como supervisor, pues no actuó hasta que se produjo el estallido de la crisis, en el caso de la CAM con prejubilaciones millonarias que sonrojaron a más de uno.

De esta forma se refería MAFO a la crisis de la CAM: “Los clientes pueden quedarse tranquilos. Cuando se adjudique, la gestión va a estar en manos serias”. Sin hacer un ápice de autocrítica, Fernández Ordóñez dijo que entendía “que la gente se escandalice”, pero en ningún momento se responsabilizó de estos saqueos. El secretario general del UGT, Cándido Méndez, lo tuvo bastante claro. Para Méndez fue un “gravísimo problema de supervisión” en ambos casos, y aseguró que es la institución de Fernández Ordóñez la que “debería haber supervisado las entidades en el pasado, en el presente, y tomar decisiones que impidieran que se produjera un endeudamiento y un aumento de riesgo tan brutal”.

La forma de actuar en las fusiones de cajas también le ha merecido críticas severas. Según Ausbanc, las cajas de ahorros han quedado seriamente debilitadas por ser las que más invirtieron en el negocio inmobiliario y las que más préstamos concedieron para ese ámbito. “En las fusiones ha intervenido de forma lamentable, mostrando un carácter parcial e incoherente al favorecer a unas y frenar a otras”, aseguran. Desde a la asociación de usuarios bancarios creen que el Banco de España dispone de competencias legales para actuar y corregir los desequilibrios del mercado: “La falta de actuación de los que tenían la potestad y la obligación de actuar, ha hecho que la sociedad siguiera remando hacia el abismo”, concluyen.

Pendiente de todo

En medio del proceso de reestructuración de bancos y cajas, el gobernador de España estaba pendiente de otras cosas. En la comisión de Economía del Congreso de los diputados alertó de los tres principales problemas que atravesaban nuestras finanzas. Por un lado cargó contra las Comunidades Autónomas por no contribuir a la reducción del déficit, urgió la aprobación de una reforma laboral y, por último, pidió urgencia en la reforma del sistema de pensiones. Ni una palabra sobre la salud del sistema financiero. Según CC.OO., Fernández Ordóñez ha estado “más pendiente de la macroeconomía, de la reforma de las pensiones y de los temas laborales que de la reestructuración de las cajas, en lo que ha invertido tres años”.

No haber pinchado la burbuja inmobiliaria, la tardanza en la reestructuración del sistema financiero y estar pendiente de otros temas macroeconómicos son las críticas más generalizadas. Pero hay más. Las críticas han llegado desde el Partido Popular, el PSOE, los sindicatos, organismos internacionales y hasta desde la propia AEB (Asociación Española de la Banca). Por ejemplo, la pésima supervisión de productos bancarios, al permitir la comercialización engañosa de permutas financieras que ha hecho que los clientes lleven a varias entidades ante la justicia.

Tampoco ha gustado la defensa a ultranza de cualquier actividad bancaria sin importar su naturaleza. Miranda con perspectiva ahora parece ineficiente la venta del 46% del total de las reservas de oro existentes antes de la entrada de España en la moneda única europea en 2007. En la actualidad la rentabilidad sería muy superior.

Por último, su defensa a ultranza de la cláusula del suelo, que limitaba el impacto del Euribor sobre las hipotecas en caso de ser favorable al cliente. El gobernador consideró, contra el criterio del Congreso y de los usuarios, que no debía suprimirse al no considerarse abusiva y porque su eliminación supondría un impacto demoledor para la banca española.

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