martes, 3 de abril de 2012

Historias de un restaurante llamado España.


En un restaurante llamado España unos clientes en una mesa se ponen hasta arriba de langostas y caviar mientras que el resto se contentan con pedir el plato de espagetti con salsa de tomate del menú del día. Cuando acaban los de la langosta se van sin pagar, no sin antes fumarse unos puritos Cohibas saltandose la ley anti-tabaco por la cara y sin que nadie les diga nada. Acto seguido el camarero se acerca al resto y les anuncia que el resto son responsables de la factura de esos caballeros porque de esa factura alguién debe hacerse cargo. La gente protesta y el camarero llama a la policia y cuando aparecen estos también dicen que deben pagar la comida de estos señores y que aunque no les guste así es la ley y hay que respetarla. Los comensales furiosos y totalmente confundidos se niegan a pagar. Al parecer los comensales no sabían que una ley recién aprobada dice expresamente que los degustadores de marisco de esa mesa tienen derecho a dietas diarias para comer lo que expresamente deseen y según esa misma ley el resto de comensales está obligado a pagar los gastos ocasionados.

La cosa llega a juicio y el juez recuerda a los comensales que deben pagar aunque sea injusto porque da la casualidad que de ese restaurante depende la economia de todos ya que uno es su proveedor de pan ,otro el del gas, otro es el que les provee de carne de vacuno , etc, todos son a su vez dependientes de ese restaurante que se llama España. De hecho el resto de clientes suele comer en ese restaurante para ayudar a mantener su propia economía y vuelven todos los días porque no les queda otra ya que no está permitido por ley abrir más restaurantes que los de la franquicia España aparte que la concesión de licencias está muy restringida y solo acceden los más aptos, entre lineas se entiende los "más enchufados". Al día siguiente se encuentran cuando van a comer al mismo grupo de jetas que ya están comiendo otra vez langostas y parece que el camarero no tiene ningún problema en servirles con cara muy sonriente así que el resto decide irse pero el camarero amenaza con volver a llamar a la policia si lo hacen pues deben pagar la cuenta de los señores más la del juez que se ha apuntado a la comilona de sus amiguetes.

Los comensales están furiosos y se levantan con animo de agredir a los jetas pero enseguida aparece la policía y calma los ánimos aunque se produce más de un forcejeo en el proceso. Al final para evitar males mayores los comensales deciden pagar la cuenta y irse a comer a casa.

Al día siguiente vuelven al restaurante totalmente asqueados. No han podido ni comer en casa porque el gobierno ha sacado una ley en la que por motivos higiénicos como excusa ya no se puede ni cocinar ni en casa y los supermercados y ultramarinos están obligados bajo amenazas de fuertes multas a vender exclusivamente los alimentos a los restaurantes. Los mismos jetas siguen con sus opíparas comidas solo que hoy han cambiado a cordero lechal asado y vino Rioja de 1982. Al resto de comensales les sirven los espaguettis recalentados del día anterior.

Otro día posterior los comensales deciden también para variar comer algo diferente que los espaguettis y se decantan por el filete con patatas fritas del menú que anunciaba el menú de ese día pero el camarero les anuncia que debido a unos recortes que han sido necesarios para reparar los gastos de una fiesta salvaje que dieron los jetas la noche anterior el restaurante ha decidido eliminar del menú el filete con patatas fritas y en su lugar servirán raciones de palitos congelados Pescanova .Por supuesto se los cobran a precio de oro más la habitual cuenta de los jetas que ese día parecen cansados de la juerga del día anterior y han decidido probar algo más suave y fácil de digerir. El camarero se acerca con los platos de ensalada con queso fresco,nueces y salsa cherry elaborada a mano. Después un cóctel ligero de gambas.

Una semana después los palitos de Pescanova empiezan a servirlos templados y simplemente descongelados en un microondas .Ante las protestas furibundas de los comensales el camarero explica que han asignado al pinche que los solía hacer en la sarten para ayudar a un nuevo cocinero francés recien contratado y procedente de uno de los mejores restaurantes de París. Ahora de los palitos se encarga un nuevo pinche de origen boliviano que al parecer cobra la mitad que el antiguo pinche pero que no parece tener mucha idea de cocina, sencillamente aceptó el primer trabajo que le ofrecieron. Los comensales se levantan muy enfadados con ánimos muy enervados y se dirigen directamente hacia la mesa de los jetas pero la curiosa aparición de fuerzas antidisturbios a las afueras del restaurante vuelve a calmar los ánimos. Acaban como pueden los palitos ya fríos y se van pagando la factura habitual pero más cargada que de costumbre debido al gasto ocasionado por el cocinero francés. Al fondo se oyen los aplausos y alabanzas hacia el galo por su estupendo pato "a la orange".

Al llegar el fín de semana el pinche boliviano se le olvida descongelar los palitos Pescanova porque al parecer los jetas tenían celebración especial y el chef francés ha tenido trabajo extra por lo que el chico boliviano se ha visto con mucho trabajo extra ese día. Al servir la ración congelada de palitos después de un plato no muy afortunado de fabada de bote "la asturiana" los comensales estallan y empiezan a acordarse en alto de los ancestros del boliviano y en la madre del capitán Pescanova. El camarero se acerca y les pide silencio que están molestando a la mesa de los jetas y que el chico boliviano no tiene la culpa .Acto seguido recibe un puñetazo de uno de los comensales harto de tener constantes diarreas, harto de comer medio frio todos los días, harto de no poder ni comer en casa por ley y harto de comer platos pre-cocinados y seguramente caducados. El camarero de repente se ve acorralado y descubre que los comensales están más furiosos de lo que él creía, descubre que se está cociendo un linchamiento y que el objeto de ese linchamiento va a ser él y sabe perfectamente que esta vez no va a aparecer un ejercito de policías para impedirlo. Enseguida se echa a llorar y les enseña unos vales ,vales por los restos de la comida que todos los días sobra de la comida de los jetas y les enseña las fotos de sus hijos y trata de explicarles que él también come todo los días lo mismo que ellos cuando acaba su turno y que los vales son sus para sus hijos para que puedan comer algo medio decente todos los días. Que él sufre cada vez que se tiene que acercar a pasarle la cuenta de esos jetas pero que él es como si fuera un funcionario y solo cumple ordenes que él no puede discutir.

Por desgracia para el camarero los comensales están tan excitados debido a lo continuado de los abusos que a más de uno no se le contiene la rabia y le lanza patadones dignos del mejor de los futbolistas al tirar un penalti. El camarero acaba inconsciente en el suelo y se dan cuenta de que los jetas sospechosamente hoy han decidido irse sin acabar la comida que al parece hoy constaba de cochinillo asado y partido con plato al estilo de Segovia. Media hora después aparecen los primeros policías alertados por los servicios médicos de emergencias. Al parecer los propios comensales habían avisado para que atendieran al camarero el cual se encuentra en estado muy grave. Los policías enseguida encuentran a los agresores que al parecer se encontraban muy afectados al ver lo que habían hecho y se han entregado y confesado voluntariamente. Al fondo del restaurante se ve en una mesa un cochinillo entero y frío porque parece ser que nadie se ha quedado con ganas de probarlo.

Un mes después de los hecho el restaurante España vuelve a reabrir sus puertas y algunos de los antiguos comensales vuelve a él al no tener otro sitio donde comer al seguir vigente la ley que prohíbe comer en casa aprobada por los amigos de los jetas. Los comensales que agredieron al camarero fueron juzgados por el juez que suele comer con los jetas y ahora cumple condena en una cárcel cuyos comedores son abastecidos   con la comida enlatada y recién caducada de los supermercados de peor reputación. Los hijos del camarero ahora se han quedado sin un plato en la mesa debido a que su padre ya no puede trabajar debido a las lesiones sufridas y básicamente sobreviven gracias a que los comensales han decidido guardar parte de la comida para ellos hasta que su padre se recupere y encuentre otro trabajo. Su puesto ahora lo ocupa un estudiante de hostelería que trabaja como becario y que hace el trabajo por la mitad y tiene suerte porque el boliviano se fue a la calle después de que su puesto lo ocupara un chino que lo hace por 1/3 del sueldo.

Debido a que aquella no fue la primera agresión sufrida por un camarero (algunas resultaron mortales) y que en algunos casos al parecer algunos comensales tuvieron la osadía de golpear a alguno de los jetas a pesar de la presencia policial que consiguió evitar que sufrieran daños graves y solo hubo afortunadamente algunos ojos morados y un par de platos rotos, el gobierno decidió tomar cartas en el asunto. La primera fue aprobar que los restaurantes pudieran poner vigilancia privada con vigilantes de seguridad armados con armas de fuego y autorización de usarlas y la segunda fue permitir (sin aprobarlo explícitamente y de tapadillo) que fluyera un mercado negro para que se pudiera comprar comida en supermercados clandestinos y la gente pudiera comer de vez en cuando en casa un plato decente. Por supuesto este mercado será controlado en todo momento por el estado y por gente de confianza. Nadie quiere que eso se desmadre.

Ha habido muchos cambios en el restaurante España aunque una cosa no cambia ,los jetas en su mesa reservada de siempre pegándose sus banquetes diarios y sus risas. Al parecer hoy celebran no se qué beneficios en negro de algún negociete de comida y que Don Fernando parece que se ha recuperado de su ataque de gota.

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Espero que os haya gustado la historia aunque soy consciente de que no está muy bien escrita. Me decidí a escribirla después de ver una noticia en el mundo ( http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/31/economia/1333162505.html ) en la que se habla de una amnistía fiscal para los defraudadores al fisco y de acordarme de las mariscadas de algunos sindicalistas que salen en la foto de arriba. Al final pagamos siempre los mismos por todo ,hacen las leyes para su beneficio y sus amigos como la de la luz que acaban de subir, usan con nosotros el divide y vencerás como con el camarero y solo cuando las cosas se descontrolan tanto que les hace peligrar a ellos se toman medidas pero son falsas medidas dirigidas a que todo siga igual y el resto a peor.

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